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viernes, 26 de octubre de 2012


Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar.

jueves, 18 de octubre de 2012




En algún momento pensé en poner esto en mi pared, es toda una secuencia de cosas agradables:
Enamorarse. Reírse hasta que te duela. Una ducha caliente. Nadie delante de tí en el supermercado. Una mirada. Recibir correo. Dar una vuelta en coche. Escuchar como llueve. Una llamada. La playa. Reírse de uno mismo. Las llamadas a media noche que duran horas. Los amigos. Un helado. Los viajes en coche con los colegas. El sexo. Tener un sueño bonito. La ilusión. Ganar un desafío. Coger de la mano a alguien que quieres. Oír las risas de tus amigos. Encontrarte por la calle con un viejo conocido y descubrir que algunas cosas (buenas o malas) no cambian nunca. Ver amanecer. Hacer un regalo. Que te besen. Despertarte y ver que aún te quedan horas para dormir. Escuchar de manera casual a alguien que dice algo bonito sobre tí. Superarse.

lunes, 15 de octubre de 2012


Quizá ayer, en tu viaje de regreso, volviste la cabeza hacia atrás y me viste, me viste cuando te miraste, me viste cuando te analizaste. Me recordaste. O quizá abriste tu mochila y me nombraste. O diste tu primer bocado y me viste, en el reflejo de tu gaseosa, o en el hielo sumergido. O acondicionaste tus neuronas, o limpiaste tu pecho o desplegaste las alas vacías, llenas de plumas rotas, y abriste tu mente, y ahí concientizaste. Y en algún recoveco de tu concientización, en tu viaje de regreso, en el verde de la carretera, en las ruedas del bus, en el mísero sueño que soñaste cuando te dormiste durante el viaje, o en la estrofa de la última canción que oíste, me vi reflejada.
Y frunciste el seño, dejaste las acciones que estabas realizando, soltaste lo que sostenían tus manos, ahorraste respiros, surcaste en el tiempo, sonaste silencio por muchos minutos, y al poco tiempo recobraste tus acciones, juntaste del suelo lo que habían estado sosteniendo tus manos, tomaste aire y respiraste prolongadamente, volviste del tiempo, pisaste la tierra y dejaste que todos los lindos sentimientos que experimentaste fueran sólo un recuerdo… y nunca una intuición.




viernes, 12 de octubre de 2012

Hora de que busquemos en la basura.

Quizá, dentro de éste basurero, puedas encontrar el pedacito de cartón que hace falta a tu rompecabezas.
Quizá la tuerca que buscas para amacizar esa parte de ti que cada noche se cae.
Quizá el rincón olvidado de tu casa.
Quizá el pez azul de tu locura.
Quizá el escudo de uno de tus apellidos.
Quizá la sombra.
Quizá el hueco que dejan las lágrimas al escapar.
Quizá el verano.
Quizá la fecha de tu consagración.
Quizá una flor, o una sonrisa.
O quizá nada.