.

lunes, 20 de agosto de 2012

Alguna vez te dediqué alguna sonrisa, o la provocaste. Tal vez fue esa la razón por la que te dejé perdurar. Nadie quiso que quedara tan poco, siquiera que concluyera. Porque no estaba lista para despedirte. Tampoco quise extrañarte. Quizá nunca lo hice, y sea tal vez la incertidumbre. O tantas incógnitas predominantes saciando el humo de mi mente. No quise abusar, pero no pude evitar sentirte aunque no estabas. Porque no se dónde estás, ni cuándo y por quién sonreís cuando no estoy yo para verte. Deja de empeorar las cosas. No es verdad que estoy tan fuerte. Porque no me da lo mismo que no estés. No era verdad que estaba en mi sano juicio. Porque no podía seguir olvidándote y recordándote en cada esquina. Porque en todo perdurabas, en cada sitio había trozos tuyos. Y eso me precipitaba. No era verdad que ya no estabas conmigo, en mí... Oliendo a almendros de huerto. No sé si la noche es tan larga, o simplemente la monotonía la prolonga. Provocas tanto insomnio que paso la noche navegando. Y aunque pueda dormir más temprano, sueño más tiempo con vos. Y aunque quiera despedirte por última vez, volves jurándome que es la última vez que regresas. Y no dejo de recorrerte, creyendo que es la última vez que te tengo en la memoria, que no puede llenarse de otra cosa, ni auxiliarse en otro sitio. Sin límites otorgados por mí, y aún sin demasiado tiempo, tengo aún la certeza de concederte todo lo que tengo, todo lo que quieras poseer. Dime qué quieres y lo armo, preparo o hago crecer por ti. Si queres tus sueños, la luna, marte o la atmósfera, bajo el cielo hasta a tu habitación. Si estas cansado y necesitas dormir. Si tenes insomnio y no quieres desvelarte. Si tenes frío, y no alcanzas la frazada. Si quieres jardines, planto claveles, violetas, hortalizas, y jazmines... Para amarte. No se que pude verte, pero se que a nadie más puedo vérselo. Queda mucho por sentir. Jamás te dejé en el camino porque me siento cómoda llevándote conmigo. Tal vez duela. Pero me otorgas todo lo que no tengo, lo que me hace falta. No espero más... Nunca me enseñaras a vivir. ... Te extraño, ¿Te lo dije antes?