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martes, 29 de enero de 2013

Versos en prosa


Para eso estamos juntos, para eso nos negamos a morir; porque en todos los caminos nos cobran un impuesto, y yo estoy pagando por tu ancha sonrisa, sin temor al pasado.



Todo debería haber sido diferente

miércoles, 23 de enero de 2013

Te podría decir

Yo soporto la abstinencia porque tengo en la cabeza un corazón para pensar, ¡Y no sabes cómo escuecen estos meses caminando de puntillas para no romperlo más!
Te podría decir que durmieras conmigo esta noche, pero luego vendría la excusa y su hermano gemelo el reproche.
Te podría decir cómo dueles, pero te confieso que ya estaba esperando que algo me sacara la piel de los huesos.
Te podría decir que mañana veremos el modo, pero nunca te quedas conmigo ni te marchas del todo.
Te podría decir que lo hice todo para ver si conseguía romper las cuerdas del pasado porque vi que a ti el amor sólo te gusta con heridas, y tu nombre no cabía dentro de mi porvenir.
Te podría decir que aún estoy arreglando los rotos, porque aún no he encontrado un buen sitio por el que hacer pedazos las fotos.
Te podría decir que también intenté comprenderte, y aprendí que tu forma de odiarme sólo eran las ganas de verme.
Te podría decir que mañana veremos el modo de aprender a quedarme contigo o aprender a marcharme del todo.



miércoles, 16 de enero de 2013

Poema 6.

A pesar de que acabo de lavarla en tus ojos, el alma no perdona que la lleve en la mano; la mano no comprende tanto cielo en sus dedos. Sin embargo, yo insisto.
Yo me arranqué una cosa que no he puesto en tus uñas. Quizá tu estás ahora donde mis dientes sueñan... Quizá tu estás ahora... Allí donde de súbito tu no usada, tu sonrisa lustrabotas me limpia las pisadas...
Pero ahora, como los cazadores que de pronto le arrancan al bosque sus trinos enlutados, tu palabra me saca de repente del pecho un pájaro asustado, un oculto viajero, pero no lo detengas en las dos estaciones violetas de tus senos, déjalo que te busque, no detengas tu viaje hasta que toque la semilla gigante que a latidos te inunda desde el fondo del pecho, subiendo primavera a mi otoño.

Déjame darte cosas cuando yo estoy dormida.




miércoles, 9 de enero de 2013

Que estoy muy joven y no quiero enviciarme de nada !


Y qué burda la razón, y que deleite causa el delirio.

Tal vez deba montar más barriletes y pedir menos permiso, y excederme de libertad, también violentarme menos con los recuerdos, y desintoxicarme con aire benigno de alguna cóncava sudestada, o atormentarme menos por no sacarme de quicio al verle los labios, muchas cosa debería encaminar.

Debería aprovechar que estoy joven y estoy dispuesta, que sino aprovecho de esta juventud y del soprano para gritar, se me acaba el mojito y el tequila y yo no quiero enviciarme de nada, y no estar pensando que cuando más trato de deportarte menos respiro.

Entonces no hagamos ningún pacto sobre olvidos, o sobre recitales de poemas y lujurias a escondidas porque el corazón se me bulle, así que perseveremos que en algún momento, de alguna buena vez te olvide.

¡Y que tosco el corazón, y el cerebro que ajeno al acto fallido!

Por eso prefiero que dejes que vuele entre tanto smog que te intoxica y hostiliza y trata de no abastecer con nada que me haga carga o asfixie y déjame abusar de la libertad, que estoy muy joven y yo no quiero enviciarme de nada.