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miércoles, 9 de enero de 2013

Que estoy muy joven y no quiero enviciarme de nada !


Y qué burda la razón, y que deleite causa el delirio.

Tal vez deba montar más barriletes y pedir menos permiso, y excederme de libertad, también violentarme menos con los recuerdos, y desintoxicarme con aire benigno de alguna cóncava sudestada, o atormentarme menos por no sacarme de quicio al verle los labios, muchas cosa debería encaminar.

Debería aprovechar que estoy joven y estoy dispuesta, que sino aprovecho de esta juventud y del soprano para gritar, se me acaba el mojito y el tequila y yo no quiero enviciarme de nada, y no estar pensando que cuando más trato de deportarte menos respiro.

Entonces no hagamos ningún pacto sobre olvidos, o sobre recitales de poemas y lujurias a escondidas porque el corazón se me bulle, así que perseveremos que en algún momento, de alguna buena vez te olvide.

¡Y que tosco el corazón, y el cerebro que ajeno al acto fallido!

Por eso prefiero que dejes que vuele entre tanto smog que te intoxica y hostiliza y trata de no abastecer con nada que me haga carga o asfixie y déjame abusar de la libertad, que estoy muy joven y yo no quiero enviciarme de nada.